17.6.12

Crucé la calle y sonreí

Te vi, y me extrañé porque llevaba días pasando yo por ahí y sabia exactamente lo que pasaba siempre, pensé que sería un día cualquiera como los de cada día, monótonos. Un chico en bici, al principio no te voy a engañar me quedé embobada mirándote, quien iba a decir que horas después me dirías que me habías visto. Lo mejor de todo es que ya te conocía! A partir de esa noche ya tenía ganas de que fuera mañana por la mañana pera volverte a ver, aveces pasabas antes que yo y buf.. Ya empezaba el día mal. Necesitaba verte, necesitaba esos dos segundos de felicidad para sentirme bien, necesitaba mirarte, necesitaba que me besaras, lo que no necesitaba era extrañarte, eso si que no. Llegó el día esperado volvimos a coincidir, crucé la calle y sonreí.

¿Cómo es posible que dos besos de escasos segundos me alegraran más de 24 horas?
Esas 24 horas no eran eternas y ya tenía ganas de volverte a ver, era como una cosa habitual, y que necesitaba para vivir. Al cabo de unos días te volví a ver, volví a mirarte, volví a sonreír, volví a sentir ese no sé que que tanto me gustaba. Verte me dejaba tan..como decirlo..¿tan tonta? No sé como me dejaba pero me llenaba de felicidad. La gente de mi alrededor lo notaba, me preguntaban varias veces pero no conseguía encontrar las palabras para describir esa sensación, esa extraña sensación que me recorría el cuerpo hora tras hora, minuto tras minuto, segundo tras segundo.